Los aceites esenciales impactan tus chakras a través de sus moléculas aromáticas, que ingresan al sistema olfativo e influyen en el sistema límbico del cerebro. Este sistema regula las emociones, la memoria y el equilibrio hormonal. Por ejemplo, el aroma calmante de la lavanda puede reducir el estrés y ayudar a equilibrar el chakra del corazón, mientras que los aceites vigorizantes como el de mandarina pueden estimular el plexo solar y aumentar la energía. El incienso libera partículas aromáticas que purifican el espacio y crean un ambiente propicio para la meditación, como el incienso, que ayuda a limpiar y alinear la energía.